Alguien se acuerda del mítico Uri Geller. El ilusionista que engaño a medio mundo con su “habilidad” especial de doblar cucharas.
En realidad el truco era que las cucharas estaban fabricadas con galio, un metal cuyo punto de fusión era de 30º . Es decir, que si sabemos que nuestro cuerpo se encuentra a 36º, cualquier cuchara fabricada con galio, se podría doblar, si se aproxima y se aumenta la temperatura en un punto. De ahí que Uri Geller friccionase sus dedos en la parte mas delgada de la cuchara, intentando aumentar la temperatura. Cuando esta superase los 30º, el galio sería maleable y su cuchara se rompería.